La confesión más difícil de Camila Parker que cambió la historia de su vida

La relación entre la princesa Diana y Camila Parker ha sido una de las más turbulentas y fascinantes de la historia de la monarquía británica. Ahora, la actual reina de Inglaterra, ha roto finalmente su silencio y ha revelado detalles íntimos que cambian por completo la narrativa de este triángulo amoroso.

Lady Di, conocida como la "princesa de los corazones", solía referirse a Camila como "fea, vieja, gorda y sucia" en un intento por descalificarla. Según se ha revelado, la princesa Diana también criticaba las uñas dañadas de la consorte por la equitación y la jardinería, su cabello grasiento y sus aburridas faldas de tweed. Un contraste marcado con la imagen impecable y glamorosa de la propia Diana.

Sin embargo, la Duquesa de Cornualles ahora confiesa que su aspecto descuidado era en realidad una coraza para proteger su sensibilidad. "Crecí en el campo de Sussex, rodeada de naturaleza. Eso me dio una libertad y una conexión con la tierra que moldeó mi forma de ser. No me preocupaba la apariencia mundana, sino vivir plenamente", reveló la reina. 

Tras hacerse pública su relación con el rey Carlos, el equipo de profesionales que la acompañaba trabajó arduamente para transformar la imagen de Camila. Se encargaron de modernizar y disciplinar su peinado, corregir su color de cabello y suavizar su tez marcada por años de fumar. El cambio, sin embargo, no logró ocultar por completo su esencia campestre y auténtica.

"Siempre fui una mujer sencilla, de gustos simples. Eso generaba rechazo en una sociedad que idolatraba el glamour y la perfección de Diana. Pero yo no podía, ni quería, ser alguien que no era", confiesa la reina con una sinceridad desgarradora.

Ahora, años después, Camila Parker ha encontrado la paz y la aceptación de sí misma. Su confesión más difícil, aquella que cambió la historia de su vida, ha sido liberadora. "Finalmente, puedo ser yo misma, sin máscaras ni prejuicios. Y eso, para mí, es lo más valioso".