Salteña llevó a su hija al Hospital Enrique Romero y salió peor de lo que entró

SALTA (Redacción Voces Críticas) Una madre no puede creer la poca vocación que tienen algunos. El pasado domingo, acudió a un hospital de El Quebrachal con su hija de tres años, quien fue atendida de mala manera y terminó llorando desconsoladamente. El médico que la atendió, ni siquiera le puso anestesia. 

Una salteña relató cómo el hospital regional Enrique Romero, cuenta con un profesional que trata a los pacientes como “basura”. El fin de semana fue derivada de la localidad de San Jose de Orquera, por una lesión en el dedo de su hija. La niña se había agarrado el meñique y necesitaba curaciones.

Al llegar a la guardia del hospital, le comentan que no había ningún pediatra de turno. Solamente había un médico clínico que podía atenderla, o de lo contrario debían regresar otro día. La madre solicitó en ese momento que vean a su pequeña, quien estaba muy adolorida y no paraba de llorar.

Contrario a las expectativas de la mujer, el médico se negó a atenderla ya que no era de gravedad. “Me contesta que vuelva mañana a pedir turno para realizarle una placa. Le solicite que por favor la revise, que la nena estaba con mucho dolor, y me vuelve a repetir que no era de gravedad”, comentó la denunciante.

La madre se negó renuentemente a irse. Consiguió que el médico la atendiera, pero de muy mala manera. Le realizó curaciones a la menor sin siquiera un poco de anestesia y tampoco deseaba colocarle algún calmante que pudiera tranquilizarla. 

El profesional simplemente le contestó, “mirá, no es de gravedad pero sí para ponerte contenta le tengo que pinchar en el c… con dipirona, traeme el recetario que se lo indico”. Claramente la salteña se rehusó a dejar pasar tal falta de respeto.

Decidió radicar una denuncia ante las autoridades y hacer público su incidente, para que los pacientes sepan con lo que se pueden encontrar. La salteña alega que un mal día o cansancio no es excusa para tratar de esa manera. Si el médico no tiene vocación por su trabajo, que renuncie simplemente.

Finalmente le dedicó unas cuantas palabras al presunto médico: “usted no está prestando sus servicios gratis. No es un favor que nos hace. No por ser del interior, somos animales, sepanlo.”