Bajo la lupa: el intendente Pablo González recibió un encubierto y extraño crédito de 32 millones en tiempo récord

SALTA (Por Franco Alvarado) Existen dos maneras de que un gobernante pase a la historia, por la calidad de la gestión que realizó o por los escándalos y mala administración con que se manejó. El caso del intendente de Orán, Pablo González, a esta altura ya se inscribe claramente en el segundo supuesto, ya que sobre el tramo final de su periodo el vecindario oranense más ha retrocedido que adelantado y hoy se encuentra ante la incertidumbre sobre el futuro inmediato que puede esperarle.  

  Si una palabra describe al gobierno -por así llamarlo- de González, es "desmanejo" y tal título no responde a una opinión subjetiva sino al testimonio de los hechos. Hoy, en un Orán desguazado en todo sentido parece que lo único consolidado es la situación económica particular del intendente Pablo González que abona un nuevo escándalo a los ya conocidos, aunque el que se anuncia asume una gravedad superior ya que compromete a las cuentas públicas, es decir, al dinero de todos los vecinos.  

En efecto, esta vez, un escándalo de corrupción financiera ha salpicado al más alto nivel del ejecutivo municipal de Orán, involucrando a la cabeza del ejecutivo en la adquisición de un patrimonio financiero en tiempo récord. El descubrimiento de este caso ha generado una gran conmoción entre la población oranense y puso en entredicho la integridad de las instituciones gubernamentales. 

Las investigaciones llevadas a cabo por una consultora especializada en delitos financieros revelaron una sospechosa adquisición de deuda entre los años 2021 y 2023 por parte del municipio de Orán donde paralelamente la capacidad crediticia del intendente Pablo González evolucionó significativamente. 

Según los datos consultados en la página oficial de la central de deudores del sistema financiero del Banco Central de la República Argentina, (BCRA), que dejamos aclarados y expuestos en esta nota, hasta el momento, se estima que la capacidad crediticia del jefe comunal Pablo González asciende a los 32 millones de pesos desde el año 2021 a la fecha tiempo en el que se desempeña como conductor de la ciudad de oranense. 

Vale la pena preguntarse ante un peso argentino completamente devaluado la magnitud de este dinero y que se podría hacer con esta capacidad de crédito en tan poco tiempo. Pero de algo podemos estar seguros, el ciudadano cuentapropista puede pasar toda su vida trabajando y aún así no podría obtener este tipo de accesos crediticios tocados por la varita mágica de la política salteña. 

Mientras los vecinos sufren el agobio de una economía destrozada que a esta altura ya compromete lo más básico como es la comida de una familia, deben ver cómo se utiliza la función pública, el ejercicio del cargo del empleado más importante de los vecinos como es el intendente, para generar riqueza de una manera obscena.  

En Orán no hubo dinero para pagar médicos o mejorar el transporte, ni siquiera para combatir el Dengue que el propio intendente siendo médico trató de mejorar recomendando una pócima de yuyos y faltó que agregaba pelos de araña y ojos de murciélago. Tampoco hubo dinero para que los vehículos levantaran el descacharrado ni para el arreglo de las calles, las luminarias están vencidas y la administración del municipio lleva años de retraso en cuanto a modernización, pero ahora se comprueba que el intendente maneja fortunas al precio de hipotecar el futuro de los oranenses. 

Si "La mujer del César no sólo debe ser honesta, sino parecerlo", en Orán, Pablo González no cumple con ninguna de las dos premisas, nunca pareció honesta su administración y ahora los números están diciendo que efectivamente no lo fue.