En Rosario de la Frontera, la policía dio servicio adicional a un boliche clandestino

SALTA (Redacción Voces Críticas) 18 años han transcurrido desde la tragedia de Cromañón, la cual es considerada como la peor desgracia en la historia del rock. 194 personas fallecieron y 1.432 resultaron heridas, en un incidente que claramente se podría haber evitado. 

Este suceso derivó, en que las autoridades, comenzarán a prestar principal atención a los establecimientos bailables. Uno podría pensar que, tras la pérdida de tantas vidas humanas, por una falla de seguridad cuestionable, propietarios y policías aprendieron de sus errores. Sin embargo, ese no parece haber sido el caso en Rosario de la Frontera.

Según pudo conocer Voces Críticas, un boliche abrió sus puertas sobre la calle 20 de Febrero. Con música a todo volumen, venta de bebidas alcohólicas y el expendio de entradas para su ingreso, comenzó a funcionar sin estar “habilitado”. Supuso un claro riesgo para la comunidad.

Por si fuera poco, seis efectivos de la policía estaban “prestando servicios adicionales” dentro del establecimiento. Pese a conformar la fuerza policial, y tener como objetivo garantizar la seguridad de los salteños, estaban atendiendo un local “clandestino”.

Se sabe que el boliche “no pago el permiso para bailes y/o reuniones”. Estaba funcionando sin estar debidamente habilitado, por lo que inmediatamente fue denunciado por unos vecinos. Cuando las autoridades llevaron a cabo una inspección de rigor, se encontraron con 50 personas dentro y seis uniformados “incumpliendo sus deberes como funcionario público”.

Inmediatamente, los inspectores municipales realizaron la denuncia policial en contra del propietario del lugar, y el fiscal López Ibarra, quien se encontraba en turno, recibió la consulta pertinente a los efectos de determinar las acciones a seguir y las sanciones que le corresponderían a los policías que "prestaban servicios".

El local claramente no podía funcionar, ya que “se les pidió documentación y no tenían”. Aunque eso no parecería ser ningún “inconveniente” en vista que, paradójicamente, la actual Concejal de Rosario de la Frontera, es dueña de dicho establecimiento. 

Con fluidos vínculos con el poder, y los altos mandos de la Policía en Salta, no sería descabellado pensar que pudo hacer funcionar un boliche sin la documentación pertinente. Por no decir, que no es la primera vez que se encuentra con un “incidente” de esta índole.

Dicho boliche había sido denunciado previamente por los vecinos, alegando que permiten el ingreso de menores de edad y su consumo libre de alcohol. El pasado mes de octubre, inspectores habían acudido al establecimiento para realizar un “control de rutina”.

Tanto el propietario, como los guardias de seguridad, se opusieron férreamente a dejarlos ingresar. Esto a fin de impedir que descubrieran que había una cantidad excesiva de personas, superando el número permitido para el local.

Ante una emergencia, los clientes no podrían evacuar a tiempo y estarían en peligro. Desde entonces, no parecerían haber cambiado su manera de pensar ya que continuaron llevando adelante un boliche no habilitado y que “viola sistemáticamente todas y cada una de las reglamentaciones para locales bailables y eventos en la ciudad”.