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Laura Calvo: “Inspirar y expirar: en ese ritmo escribo”

Laura Calvo responde "En cuestión: un cuestionario" de Rolando Revagliatti

Laura Calvo: “Inspirar y expirar: en ese ritmo escribo”
jueves 15 de abril de 2021

1: ¿Cuál fue tu primer acto de “creación”, a qué edad, de qué se trataba?

 

LC: Si hablamos de creación literaria, fue algo que escribí después de ver una proyección de diapositivas del sur argentino, montañas, lagos, bosques, campos de margaritas. Yo vivía en un pueblo de la provincia de Buenos Aires sin relieves de ningún tipo. Tendría unos diez años y gané una medalla. Lo que más me impactó fue el centelleo del Lago Nahuel Huapi. Creo que eso me trajo hasta aquí y aquí me quedé.

 

 

2: ¿Cómo te llevás con la lluvia y cómo con las tormentas? ¿Cómo con la sangre, con la velocidad, con las contrariedades?

 

LC: Con la lluvia me llevo mal y bien. Me gusta cuando llueve de noche y la escucho al dormirme. Nunca me gustó “mucho” la lluvia de día. De chicos nos mantenía encerrados. Te podías enfermar. Y te enfermabas. De aburrimiento. La lluvia de verano siempre fue la mejor, el olor a la tierra mojada; tediosa la de otoño; la de invierno, promesa de nieve, y luego todo empieza a florecer con la lluvia de primavera.

¿Las tormentas…? Son fabulosas, aquí en la montaña o en la pampa húmeda, pero que sigan de largo, todo ese viento huracanado, el agua contra los vidrios, el techo que cruje...

Con la sangre me llevo bastante bien, por lo que dicen mis análisis. Choques parentales no he tenido. A veces me hago “mala sangre” y me cuesta parar, me acelero, pero eso es otra cosa y tiene que ver con la velocidad, con que nada se interponga al deseo; vas ligero y si surgen contrariedades es como andar en un camino de ripio serruchado.

 

 

3: “En este rincón” el romántico concepto de la “inspiración”; y “en este otro rincón”, por ejemplo, William Faulkner y su “He oído hablar de ella, pero nunca la he visto.” ¿Tus consideraciones?

 

LC: En muchos de mis poemas y canciones hablo de la respiración; “inspiración”, a mi entender, es sólo una parte del proceso que nos mantiene vivos; la respiración implica inspirar y espirar. En ese ritmo escribo.

Y con respecto a ese otro rincón, uno de mis últimos poemas, “Confesión”, lleva como epígrafe una cita semejante a la de Faulkner. “Nunca ha visto a Dios/ pero cree que una o dos veces lo ha escuchado”, de W. H. Auden.

Escuchar, ver, respirar. En sintonía, en igualdad de frecuencia entre emisor y receptor.

 

 

12: ¿Qué postal (o postales) de tu niñez o de tu adolescencia compartirías con nosotros?

 

LC: Galopar en el campo hasta la laguna, buscar huevos de pato, tero, gallareta, perforarlos con una aguja, ensartarlos como cuentas de un collar.

 

 

15: ¿A qué artistas en cuya obra prime el sarcasmo, la mordacidad, el ingenio, la acrimonia, la sorna, la causticidad… destacarías?

 

LC: Descubrí no hace tanto a Muriel Spark [1918-2006], una escritora inglesa de postguerra con un agudo poder de observación y un sentido del humor implacable. Voltaire supo fascinarme con “Cándido o el optimismo”; pasajes de El Quijote de Miguel de Cervantes, las novelas de Marguerite Duras, Milan Kundera; el ingenio, la mordacidad, el sarcasmo…, virtudes filosas que muchos buenos escritores comparten.

 

 

 

 

22: El amor, la contemplación, el dinero, la religión, la política… ¿Cómo te has ido relacionando con esos tópicos?

 

LC: El amor estuvo siempre sosteniendo todo lo demás. Me permití, viviendo aquí, espacios de contemplación que ayudan a relativizar el tema del dinero, los fracasos políticos y de la religión ni hablemos.

 

 

25: ¿Cómo reordenarías esta serie?: “La visión, el bosque, la ceremonia, las miniaturas, la ciudad, la danza, el sacrificio, el sufrimiento, la lengua, el pensamiento, la autenticidad, la muerte, el azar, el desajuste”. Digamos que un reordenamiento, o dos. Y hasta podrías intentar, por ejemplo, una microficción.

 

LC: “La visión de aquel bosque le desató la lengua; todas esas miniaturas creadas por su pensamiento cobraron autenticidad y no hubo sacrificio, ni azar, ni desajuste en la invisible ceremonia, ni en la danza oficiada para aliviar el sufrimiento de la ciudad cercana de la muerte.”

 

 

29: No concerniendo al área de lo artístico, ¿a quiénes admirás?

 

LC: A mi abuela materna, aun no habiéndoselo manifestado nunca. Mi homenaje a ella ha sido a través de la literatura. Mi cuento más premiado, “La más grande, la más oscura”, la tiene como protagonista, como así también varios poemas.

 

 

30: ¿Tus pasiones te pertenecen o sos de tus pasiones? Pasiones y entusiasmos. ¿Dirías que has ido consiguiendo, en general, distinguirlos y entregarte a ellos acorde a la gravitación?

 

LC: Si tuviera que diferenciar pasiones de entusiasmo, diría que las pasiones son peligrosas porque pueden hacerte perder perspectiva. El entusiasmo, en cambio, me parece más controlable, un motor que se enciende y ronronea a lo largo del camino, parando a descansar cada tanto (aunque para los griegos, la palabra “entusiasmo” significara esa locura religiosa donde las Bacantes, para honrar a Dioniso, se reunían de noche a la luz de las antorchas y acompañadas de una música de flautas mataban un ternero y se comían la carne cruda y sangrante).

 

 

34: ¿Qué dos o tres o cuatro “reuniones cumbres” integradas por artistas de todos los tiempos y de todas las artes nos propondrías?

 

LC: Ya que hablamos de “reuniones cumbres” de todos los tiempos y las artes, elegiría, literalmente, cumbres de mis cercanías. Una, la cumbre del cerro Otto, accesible, no muy alta ni escarpada, amable. Otra, la del cerro Tronador, bien arriba y con los ojos atentos a las grietas. Y la estepa, ah, la estepa donde la nada no es real y hace posible florecer, aún en la adversidad.

 

Laura Calvo nació el 7 de diciembre de 1949 en la ciudad de Laprida, provincia de Buenos Aires, la Argentina, y desde 1980 reside en la ciudad de Bariloche, provincia de Río Negro. Asistió como invitada al Festival Latinoamericano de Poesía de Rosario (1996), a sucesivas Ferias Internacionales del Libro en Buenos Aires, al Festival de Tango de Granada (2002) y al Festival Internacional de Poesía en el CCK (FIP 2017). Actúa como Jurado en concursos de carácter local, provincial y nacional y en encuentros y festivales en Bariloche. Es coordinadora de talleres de escritura. Obtuvo primeros premios y menciones por su obra poética y narrativa. Como cantautora, grabó dos CD con el compositor Roberto Navarro: “Poetango” (2002) y “Poetango 2” (2004). En coautoría con Graciela Cros, Manuel Bendersky y Julio Aguirre se editó en 1992 el volumen “Decimos” (obra poético musical), así como en 2005 el volumen “Ventanas a la palabra. El taller de escritura en la escuela”, en coautoría con Luisa Peluffo. En 2010 se publicó su libro de relatos para niños “Salto de página. Aventuras en el cuaderno”. Es autora de las novelas “Piedras blancas”, “Anote, querida”, “La patria de Laurita” y de los libros de cuentos “La más grande, la más oscura” y “Tándem”. Poemarios publicados: “Ángel fauno”, “Conquista del árbol”, “Poemas perros”, “Discursos vivos”, “Un cielo sobre la cabeza basta” y “Chimangos”. Además, en 2004, se socializa el volumen “Poetango”, el que reúne sus letras de tango, milongas y valses. Fue incluida, entre otras, en las antologías “Poesía Río Negro”, “Perras”, “Antología poética de Editora Municipal Bariloche”, “Abrazo austral”, “Poesía hacia el nuevo milenio”, “Antología federal de poesía. Región Patagonia”.

 

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