Brasil: Bolsonaro autorizó a los ciudadanos a portar hasta seis armas para defensa personal

BRASIL (Redacción Voces Críticas) Siempre polémico, Jair Bolsonaro apoya abiertamente la tenencia de armas para defensa personal y hoy, dio un nuevo paso en estas ideas que generan apoyo por un lado, y antipatía por el otro en Brasil. Ahora, mediante una disposición que lleva su firma, se flexibilizó la compra de armas en el vecino país. 

Un diario local, señala que los ciudadanos podrán adquirir hasta seis armas y 2000 municiones por año, siempre que tengan las correspondientes licencias. A esto se suma que el certificado de "capacitación técnica" que es emitido por las autoridades, podrá sustituirse por una declaración de un club de tiro en la cual deberá constar que el solicitante practica "habitualmente".

Para acceder a estas armas, habrá menos restricciones, en especial para los miembros de clubes de tiro y cazadores, quienes tendrán la potestad de comprar hasta 60 armas por año, sin el expreso permiso del Ejército, que se exigía hasta ahora. La flexibilización del acceso a las armas fue una de las ofertas que Bolsonaro presentó en la campaña electoral de 2018, pero varias de las medidas que adoptó en ese sentido fueron moderadas o incluso anuladas por el Parlamento o la Justicia.

Desde su campaña electoral, Bolsonaro, se declaró abiertamente armamentista y desde que fue electo buscó todos los medios a su alcance para cumplir con esta iniciativa de armar a los ciudadanos en contra de la delincuencia. Durante este mes, tras una renovación de las directivas de las cámaras que reforzó el poder de sus en el Parlamento, el mandatario avisó que pretendía retomar su ofensiva en favor de la "autodefensa".

A este proyecto de armar al pueblo brasileño, Bolsonaro, le suma la llamada "exclusión de licitud", que impediría llevar a la Justicia a un policía que mate a un delincuente en ejercicio de sus funciones, aún si se sospechara que pudieran haber ocurrido abusos. Esa propuesta fue incluida en un paquete de medidas contra la delincuencia remitido por el Gobierno al Congreso, que finalmente eliminó ese punto, rechazado por organizaciones de derechos humanos que ubican a los cuerpos de seguridad de Brasil entre los más violentos del mundo.