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POR RODOLFO LEANDRO PLAZA NAVAMUEL

LA ESCENA INVENCIBLE, de Sylvina Bach

La nueva obra de Sylvina Bach, irrumpe con fuerza en el mundo de las letras del Norte argentino

LA ESCENA INVENCIBLE, de Sylvina Bach
Por Redacción Voces Críticas
martes 22 de diciembre de 2020

SALTA (Por Rodolfo Leandro Plaza Navamuel) La escena invencible, la nueva obra de Sylvina Bach, irrumpe con fuerza en el mundo de las letras del Norte argentino, sembrando editorialmente en todo el país la palabra de esta notable “mujer poeta”.

            Bach, la poetisa tucumana tiene una larga trayectoria que, desde su entraña literaria ha dado a luz varios poemarios propios y antologías, abrevados seguramente en aquellas escenas invencibles de la “tierra fértil” que la vio nacer. Su familia, a la que ella siente como esa tierra fértil, inexorablemente hunde raíces en grandes poetas y quizá, sin proponérselo, trasmite desde lo irreductible a un nuevo retoño.

            El poemario recoge un vendaval de sueños y profundas sensaciones que estremecen a los amantes de la lírica, desde aquel poema preliminar que sabe desde dónde construir la vida, hasta el gozo que colma la lectura de cada verso. Se advierte a una autora que vuela sobre ríos, flores y fantasmas retornando a la felicidad por un universo fascinante que arremete con el viento, por la vida, desde aquella asombrosa escena invencible de su infancia.

            Despierta cada mañana delineando un mundo en un libro inmenso, donde surge desde lo más profundo la admiración y el amor por la sangre compartida en una encendida complicidad, mágica y entrañable. Sublime.

            La palabra de Sylvina tiene ritmo propio y la escribe con destreza “en pleno laberinto sosteniendo el hilo/de una existencia clara,/como un corazón que sale del agua”. No deja de asombrar, cuando al concluir un poema, se pregunta “Cómo es que una mujer/se mira intacta en los ojos de sus hijos/aun cuando envejece”. O bien, haber descubierto los misterios de la naturaleza a través de un padre que le dio el cielo y de una madre que le dio la tierra. Esta poesía carga la potencia que he visto expresar a no muchos grandes poetas del Norte argentino, uno de ellos y que vale mencionar, fue Walter Adet y quizá sea, porqué no decirlo, algún perceptible vestigio literario que ambos heredaron de un linaje antiguo y profundo.

            El mundo, el amor y las preguntas sin respuestas, las mentiras, el olvido que no deja de ser recuerdo, el abismo simulado, las remembranzas, los sueños y el viento, son reflexiones inmutables de la poeta que en la búsqueda de silogismos escudriña en la palabra adecuada. La presencia marcada a fuego de un pequeño e inmenso León está allí, siempre. Y una luz…

            Quizá como un anuncio y un adiós, cabe incluir este “Fin de año”, en un año olvidable pero que seguramente nadie olvidará, y que dice: “El último día del año/soplaré sobre un papel/todo lo inconcluso,/lo tibio, lo distante,/lo esquivo, lo cobarde./Tal vez en el espacio vacío/una brújula señale/un punto cardinal desconocido/y entonces por fin mi sombra/salga de este espejo”.

            En conclusión, entre las fuerzas del corazón, el tren y el amor que siempre están, el tiempo que no se detiene y la mujer, lo más sorprendente de la humanidad, dirá su última palabra.

            Queda, por ahora, simplemente felicitar a Sylvina Bach por esta nueva entrega, un libro estupendo para disfrutar este verano incierto, pero en libertad.

Rodolfo Leandro Plaza Navamuel

Académico correspondiente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación

 

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